Después de 184km en 6 días estamos en el pintoresco pueblo sureño de El Amarillo, 22 kilómetros al sur de Chaitén por la Ruta 7. Este interesante lugar está fuertemente ligado al Parque Pumalin Sur y hoy nos encontramos acá para conocer un poco más de este lugar. Después de habernos encontrados "al vuelo" con Rodrigo, nos dejo en una rica cabaña para nosotros instalarnos mientras el seguía con sus quehaceres de administrador del parque.
Ahora estoy con Morgan "capeando" la lluvia junto a un fuego y una copita de vino( botella más bien) después de habernos cocinado una rica cena. Mientras comíamos hablábamos sobre los proyectos de los Tompkins y cuán positivo realmente su obra puede ser para la comunidad. Aunque no estamos acá por eso, les contare después, por qué estamos acá, ahora les voy a hablar sobre nuestra aventura en bicicleta por la carretera austral o ruta 7.
El 3 de noviembre nos bajamos del bus en Puerto Montt y armamos las bicis teniendo que solucionar ciertas dificultades como improvisar una manera de poner la parrilla frontal en mi bici o ciertamente como empacar, pero más importante como andar en bici cuando está cargadisima y teniendo que esquivar micros y colectivos. En fin, salimos de la capital regional por la Ruta 7 junto al mar disfrutando de espectaculares vistas al Pacífico, subidas paradas y nosotros muy atentos a no perder el control cuando mirábamos al Volcán Calbuco o trataba de identificar algún pajarito. Como primera experiencia en una bicicleta cargada de equipo nos fue bastante bien, después de 46 kilómetros llegamos al transbordador de Caleta La Arena, compramos unas empanadas y cruzamos el estuario de Reloncavi para pasar la noche en un sitio que nos costó luka por carpa!
Ese día estuvo bueno, harto trabajo, pero con una día estupendo, mate junto a la playa, hartas aves marinas, muy pocas salmoneras (casi ninguna, parece que se fueron a Aysen después de contaminar el lecho marino de acá) y una gran satisfacción y orgullo por estar haciendo lo que estamos haciendo.
El día siguiente fue súper interesante, al llegar a Contao quisimos tomar la ruta costera, anduvimos dos kilómetros en ella pero decidimos volver ya que era ripiada y con nuestra experiencia decidimos volver al pavimento que llegaba hasta Hornopiren. ERROR, el camino duro como 5 kilómetros más hasta llegar a un ripio suelto y muy parado, el camino cruza todo el borde de una montaña subiendo y bajando muchas veces. El camino resultó ser muy difícil para nosotros, fue un desafío, pero aún así llegamos a nuestra meta, 47 kilómetros después llegamos a las Termas de Pichicolo (últimos 7 km en pavimento), suena bonito pero durante el invierno el río se las llevo así que estaban en reconstrucción a portón cerrando, por ende tuvimos que seguir por dos quilómetros más y acampar en un lindo claro verde. Cenamos y dormimos profundamente después de un extenuado día.
El tercer día empezamos en pavimento, 10 kilómetros y llegamos a Hornopiren, lindo pueblo con una gente maravillosa. Nos quedamos en el Hospedaje Frente al Mar del Concejal Pablo Chavez, donde pudimos ducharnos y dejar las bicis para ir a "maltratarnos" al pueblo. También nos deshicimos de 8 kg de equipo que mandamos a Coyhaique.
Al día siguiente tomamos la barcaza hasta Leptepu, nos conseguimos gente que llevara nuestras bicis hasta fiordo largo y de ahí cruzamos en otra barcaza hasta Caleta Gonzalo, dónde alojamos en el Parque Pumalin. El camping es muy lindo, parece echo a cincel, un poco intimidante el lugar, pero la gente muy acogedora. El administrador de esta zona del parque nos hizo un recorrido por la huerta y el jardín.
Lo más interesante de este día fue la gente que conocimos, dos chilenos Padre e hijo que tienen un lodge cerca de Mañihuales, después hablaremos más de ellos. Martin y Laura de Escocia en su luna de miel, una pareja de Austriacos, Karen de Suiza y John de Corea del Sur, todos estos últimos en bicicleta, con distintas historias y motivaciones para estar acá.
El 7 de noviembre pedaleamos 45 kilómetros en ripio, cruzamos varios camping y muchos senderos los cuales nos invitaban a caminar y recorrer. Especialmente el de los Alerces y el del Volcán Chaiten, pero quedarán para la próxima aventura ya que seguimos pedaliando. El camino fue más amistoso que el de la experiencia anterior, pero aún así fue un desafío, el cual disfrutamos más, especialmente por lo salvaje y remoto. La bici nos a dado la posibilidad de conocer la Patagonia de una manera distinta, podemos apreciar ciertos paisajes con más detalles y vemos los cambios en la vegetación y el paisaje dependiendo de las condiciones geográficas. Fue impresionante ver el impacto del volcán chaiten en la vegetación, el camino, y posteriormente en Chaitén.
Este día paramos a almorzar incluso, a la entrada del camping el Volcán en un paradero de bus, hicimos mate, pancitos y hasta una sopa, todo eficazmente.
Al llegar a Santa Bárbara empieza el pavimento, sin antes cruzar por la pista de aterrizaje, si la pista y la ruta 7 comparten el mismo ripio y dirección. Como sea, hicimos un giro a la derecha y acampamos en el camping público a metros de una de las playas más largas y lindas que e visto últimamente. Esa noche acampamos junto a John y los Escoceses. También fuimos a ver la puesta de sol a las rocas cuando fuimos recibidos por un grupo de Lobos Marinos que saltaban y hacían show, o simplemente buscaban y casaban peces. Lindo día.
Al día siguiente pedaleamos 10 kilómetros hasta Chaiten, donde nos tomamos un capuchino con un kuchen de manjar nuez en Natour, una agencia turística de una pareja Chilena/Alemana que eran muy simpáticos y comprometidos con Chaitén. Después de eso pedaleamos 24 kilómetros en la Lluvia hasta llegar al Amarillo, lugar donde contáctanos a Rodrigo Villablanca.
Hoy en la mañana después de un nutrido desayuno voy en la búsqueda de WiFi para subir esta entrada al blog y contactar a Rodrigo para empezar nuestro proyecto acá en el Amarillo.
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